DENGUE

El dengue es una enfermedad aguda y dinámica que puede evolucionar en un período de 7 a 10 días, pasando de un cuadro leve a uno más grave. Por esta razón, el diagnóstico temprano y la atención oportuna son cruciales para el manejo adecuado de los pacientes. El control clínico y el seguimiento regular son indispensables, mientras que la necesidad de realizar pruebas de laboratorio dependerá del criterio médico y de la evolución clínica del paciente.

Es crucial que tanto la comunidad como el equipo de salud estén alerta ante los signos de alarma, que incluyen: dolor abdominal intenso y continuo, vómitos persistentes, sangrados, irritabilidad, somnolencia, mareos, acumulación de líquidos y hepatomegalia. Un aumento del hematocrito en los exámenes de laboratorio también puede indicar una evolución grave. La presencia de cualquiera de estos signos requiere consulta médica inmediata, ya que puede sugerir complicaciones serias como shock, hemorragias importantes o daño a órganos.

Reducir los criaderos del mosquito Aedes aegypti en el hogar es vital para disminuir su población:

• Eliminar recipientes en desuso que acumulen agua (latas, botellas, neumáticos).

• Voltear, tapar o proteger objetos que puedan acumular agua (baldes, palanganas).

• Mantener tapados los tanques y recipientes que recolectan agua.

• Limpiar y cambiar el agua de bebederos de animales regularmente.

• Revisar plantas y recipientes que puedan contener agua.

• Destapar canaletas y desagües.

• Mantener las piletas de natación limpias y cubiertas.

• Mantener patios y jardines desmalezados.

• Implementar medidas de prevención y control durante todo el año, ya que los huevos pueden sobrevivir en invierno.

Ante la aparición de fiebre junto con síntomas como cefalea, dolores musculares o articulares, decaimiento, náuseas, vómitos, erupciones cutáneas o sangrado de nariz y encías, es fundamental consultar al sistema de salud. La adecuada hidratación es esencial en el tratamiento del dengue. Se recomienda el uso de paracetamol para el manejo de la fiebre, evitando aspirina e ibuprofeno.

Si una persona presenta un cuadro clínico sospechoso o confirmado de dengue, debe protegerse de las picaduras de mosquitos, ya que puede ser una fuente de virus. Las siguientes medidas son recomendadas para prevenir la picadura de mosquitos:

1. Uso de Repelentes: Aplicar repelentes adecuados según la edad. Los que contienen DEET al 15% deben aplicarse cada 4 horas; los de 25% cada 6 horas. También existen repelentes con I3535 y/o icaridina.

2. Ropa Protectora: Vestir ropa clara que cubra brazos y piernas, especialmente al aire libre.

3. Aparatos Ahuyentadores: Utilizar repelentes en aerosol, tabletas o espirales en el hogar.

4. Mosquiteros: Instalar mosquiteros en puertas y ventanas, y proteger cunas y cochecitos con telas mosquiteras.

Nuestro país cuenta con la vacuna tetravalente viva atenuada Qdenga® contra el dengue, disponible en el sector privado. Esta vacuna es una herramienta eficaz, especialmente para quienes ya han padecido dengue, y ha sido aprobada por la ANMAT y otras agencias reguladoras internacionales. Se recomienda para personas de entre 4 y 60 años, aunque quienes tengan VIH o sean mayores de 60 años necesitan evaluación médica previa. Esta vacuna está contraindicada durante el embarazo, la lactancia y en personas con inmunocompromiso.